La sociedad está experimentando un crecimiento y unos cambios profundos. Entre otros está el rápido desarrollo de nuevas tecnologías, que exige de nuevos enfoques y principios metodológicos para el manejo, procesamiento y tratamiento de la información. Esto requiere el dominio de nuevas competencias básicas en los estudiantes de nuestra sociedad.
Los cambios en el conocimiento han dado lugar a una gran cantidad de investigaciones sobre cómo hacer el aprendizaje más eficiente. El aprendizaje autorregulado es un concepto que se ha desarrollado durante los últimos 30 años con el fin de satisfacer estas demandas.
El aprendizaje autorregulado
Todos los estudiantes tienen el poder y la habilidad de llegar a ser smart learners si aprenden y emplean técnicas de autorregulación. Gracias al programa cíclico del aprendizaje autorregulado, los alumnos se autoobservan y se autoevalúan, establecen objetivos, y ajustan las estrategias según sus necesidades.
Sin embargo, algunos alumnos tienen bastantes limitaciones a la hora de enfrentarse a la resolución de ciertas tareas o ejercicios. En general esas limitaciones no están relacionadas con deficiencias cognitivas, sino con deficiencias a la hora de planificar, revisar la tarea o no elegir la estrategia adecuada a emplear. Por lo tanto, pese a tener los recursos cognitivos adecuados, a veces el aprendizaje del alumno no se desarrolla de forma óptima o significativa.
El alumno se convierte en agente activo de su aprendizaje
Con el aprendizaje autorregulado, el alumno deja de ser un agente pasivo y se convierte en un agente activo que no solo repite la información, sino que opera sobre ella. Esto dio lugar a dos grandes focos de atención y estudio para tener en cuenta. El primero alrededor de la forma en que el alumno capta y organiza la información. Y el segundo en torno a los procesos motivacionales del aprendizaje.
Por lo tanto, el aprendizaje autorregulado es una herramienta ideal para desarrollar en el alumnado esa inquietud incansable, ese poder o motivación que debe albergar en ellos y llevarlos a buscar siempre la mejor estrategia a la hora de estudiar para conseguir la mayor eficacia en su estudio y ser alumnos brillantes.
La mayoría de los teóricos de la autorregulación conceptualizan el aprendizaje como un proceso multidimensional que involucra componentes personales (cognitivos, motivacionales y emocionales), conductuales y contextuales. De esta forma, el constructo del aprendizaje autorregulado puede definirse como el proceso en el que los estudiantes activan y sostienen cogniciones, conductas y afectos, los cuales son orientados hacia el logro de sus metas, o como el proceso a través del cual las actividades dirigidas por metas son instigadas y sostenidas, produciéndose todo ello de forma cíclica.
Existen dos tipos reconocidos de aprendizajes autorregulados: activo y dinámico. La autorregulación dinámica es un aprendizaje subconsciente, mientras que la autorregulación activa es consciente, intencional, con esfuerzo, y consiste en la regulación de los recursos atencionales, estrategias cognitivas y metacognitivas, así como de recursos presumiblemente motivacionales, volitivos y de comportamiento.
Beneficios del aprendizaje autorregulado
Vale la pena adentrarse en este mundo complejo que es el aprendizaje humano, ya que en la actualidad se viene demandando a los estudiantes, en particular, y a los seres humanos, en general, el uso de estrategias cognitivas que les permitan continuar aprendiendo toda la vida y también estrategias de autorregulación de su propia conducta, que los haga ser sujetos más eficientes en este mundo tan cambiante y lleno de transformaciones.
En la práctica educativa cotidiana, los profesores pueden fácilmente reconocer a los estudiantes autorregulados, esta situación debe ser aprovechada y capitalizada por los profesores para atreverse a implementar estrategias docentes que permitan a los estudiantes desarrollar sus estrategias de autorregulación. Por otro lado, el éxito en el uso de estrategias autorreguladoras requiere retroalimentación de diferentes fuentes, y una que es fundamental es el profesor, que cuando conoce y desarrolla los principios del aprendizaje autorregulado, abre nuevas posibilidades a sus estudiantes.
La autorregulación es un indicador crítico de los resultados sociales y académicos, y la reafirmación de estas habilidades puede ayudar a los niños en demostrar un desarrollo positivo en la vida temprana.
Autor: Óscar García Gaitero, Doctor en Psicología Educativa y del Desarrollo por la UCM. PDI Facultad de Educación / Centro de Formación de Profesorado