La importancia de la colaboración entre el profesorado en los ecosistemas educativos es considerada como pilar fundamental para el desarrollo de la profesionalidad docente. Apoyarse mutuamente, compartir responsabilidades y reflexionar sobre la propia praxis contribuyen a un mayor enriquecimiento de las personas que trabajan en los centros educativos (Krichesky y Murillo, 2018). Dicha colaboración permite al profesorado la comunicación organizacional y aprender de las experiencias de los demás, siendo estrategias metodológicas relevantes que podrían ayudar a mejorar sus propias prácticas (Reeves et al., 2017).
Del mismo modo, el éxito del trabajo en equipo del profesorado debe apoyarse en la identificación de la meta común a conseguir, que ha de revertir en la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje. Siendo la finalidad ofrecer una respuesta de aprendizaje de calidad para el alumnado que conforma las aulas del siglo XXI, y que a su vez, demanda respuestas diferentes e individualizadas como consecuencia de la gran diversidad existente en dichas aulas. Sin embargo, a pesar de ser un mecanismo de apoyo en la atención a la diversidad en contextos difíciles al ofrecer ayuda entre los profesionales, en la práctica no todo trabajo colaborativo puede necesariamente producir mejoras relevantes.
Analisis del aprendizaje cooperativo
El Informe TALIS (2018) analiza diferentes formas de colaboración basada en las relaciones para fortalecer las prácticas profesionales, la responsabilidad compartida y la autonomía en el diseño de las actividades a través del liderazgo que el profesorado desarrolla en su práctica diaria en contexto diversos. Al mismo tiempo, otro aspecto interesante que destaca dicho Informe es el Feedback entendido como la comunicación que los docentes reciben sobre la enseñanza que imparten en sus clases y desde el conocimiento compartido con otros colegas.
Resultados del estudio TALIS (2018) muestran que el profesorado en España, en general, desarrolla menor número de actividades de feedback en el ejercicio de su profesión que la mayoría de los países europeos analizados en dicho Informe.
Igualmente, la literatura sugiere que un feedback más frecuente y específico basado en la evidencia de la práctica en el aula puede conducir a mejoras en el rendimiento del profesorado y de los estudiantes (Steinberg y Sartain, 2015).
La inspección educativa como mejorar de la calidad educativa
Las políticas educativas contemplan el uso de metodologías activas como el aprendizaje cooperativo para favorecer la formación del profesorado en contextos de gran diversidad. Desde esta perspectiva, la educación inclusiva convierte a los centros educativos en organizaciones orientadas hacia la consecución de los fines del sistema educativo español, ofreciendo diferentes actuaciones entre las que se encuentra la cooperación del profesorado en el ejercicio de sus funciones bajo el principio de colaboración y trabajo en equipo según el artículo 91.2 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (en adelante LOE). Los estudios mencionados señalan que las redes naturales de apoyo entre compañeros de trabajo junto con el desarrollo de técnicas y actividades cooperativas generan espacios de participación plena, mejores oportunidades de convivencia, enriquecimiento personal y profesional. En esta línea, la inspección educativa como factor de calidad del sistema educativo (artículo 2.bis de la LOE), aporta un profundo conocimiento para favorecer el trabajo cooperativo tanto para el equipo directivo del centro que ha liderar las acciones pedagógicas desde un clima de colaboración en entornos de aprendizaje participativos, como para el profesorado en el desarrollo de su actuación docente.
La alta disposición de la inspección educativa en su labor de facilitar la interpretación de la información es un gran apoyo en la supervisión del correcto ejercicio de los derechos y obligaciones de todos los miembros de la comunidad educativa.
Políticas educativas internacionales
En otro orden, para la UNESCO los docentes representan una fuerza muy influyente para garantizar la equidad, el acceso y la calidad de la educación. De hecho ha convertido la formación docente en una de sus prioridades dando cabida al Equipo Especial Internacional de Docentes para la Educación 2030. Ambos cooperan juntos para dar solución a cuestiones derivadas por el Objetivo de Desarrollo sostenible 4: Educación de calidad, mediante el Marco de Acción 2030 de Educación y la Declaración de Incheon. Se pone el foco en asegurar que los docentes adquieran las competencias necesarias, destacando como uno de los cinco ámbitos fundamentales, el fomento e intercambio de conocimientos con miras a una enseñanza y un aprendizaje de calidad.
Finalmente, cabe destacar que los trabajos de la UNESCO realizados en tiempos de crisis sanitaria mundial por el COVID-19, han mostrando que el aprendizaje compartido es un valor añadido al desarrollo de las competencias docentes, en aras de mejorar la calidad de la educación mundial.
La UNESCO desvela que docentes de todo el mundo destacaron la importancia del trabajo cooperativo, el intercambio de prácticas y las relaciones interpersonales como mejora de la práctica docente ante situaciones de crisis como la que se sigue padeciendo.
Autora: Yolanda García Rodríguez
Doctora en Educación. Licenciada en Pedagogía. Docente en la Escuela Primaria, Consejería de Educación, Junta de Castilla-La Mancha.